1 cuota de $18.600,00 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $18.600,00 |
2 cuotas de $10.738,71 | Total $21.477,42 | |
3 cuotas de $7.322,82 | Total $21.968,46 | |
6 cuotas de $3.993,11 | Total $23.958,66 | |
9 cuotas de $2.884,86 | Total $25.963,74 | |
12 cuotas de $2.337,87 | Total $28.054,38 |
Muchos apicultores consideran a la apicultura como la “poesía” de la agricultura y la cría; trabajar con las abejas no es sólo una cuestión de técnica y racionalidad, muchas veces en la relación que se desarrolla con ellas nace “algo” que nos involucra internamente y que no surge tan fácilmente en nuestros otros campos de actividad. Personal y ciertamente no me considero un apicultor profesional, sino una persona que, en su vida, a finales de los años 80, se topó con el mundo de las abejas y comenzó a criarlas y estudiarlas, inicialmente impulsado por la idea de que las abejas representan un factor extremadamente importante en el mantenimiento de los equilibrios naturales. Pero hablar de apicultura hoy en día también implica necesariamente hablar de la varroa, este pequeño ácaro que está destruyendo nuestras familias. En Trieste, la ciudad donde viví, fuimos de los primeros en Italia en enfrentarnos al problema de la varroa, y ya en los años 80 empezamos a cuestionarnos sobre esta enfermedad. Y este cuestionamiento ha continuado hasta hoy, así que lo que presentaremos ahora será un camino que, partiendo del pasado, quiere mirar hacia el futuro. Nos referiremos inicialmente a los fundamentos de la apicultura consciente para luego intentar llevar a la abeja más allá de este trágico momento que vive, identificando los caminos adecuados a tomar y no técnicas más o menos estúpidas o, menos aún, hijas de la química. El conocimiento es hijo de dos fuentes, y para penetrar en el mundo de la abeja es más necesario que nunca apelar a ambas fuentes. La primera está constituida por el estudio de la percepción, por la observación desprejuiciada del fenómeno, la otra está constituida por la manera de pensar que seamos capaces de conectar a dicha observación para poder extraer esa gota de verdad que llamaremos "ley de la naturaleza". Para seguir estos dos caminos, por una parte, nos referiremos, como siempre en nuestros trabajos, a las indicaciones que nos da Rudolf Steiner; trataremos pues a la abeja desde un aspecto espiritual para comprender "quién es" la abeja, por otra parte estudiaremos a la abeja a partir de su comportamiento, sus hábitos, su morfología tal como la percibimos nosotros y como también aparece recogida en libros especializados. Por una parte, seguiremos lo relatado en los textos de apicultura, y por otra las comunicaciones dadas por R. Steiner, en su curso sobre abejas, a principios de los años veinte. Sin embargo, debemos hacer una introducción para aquellas personas presentes que no conocen nuestra forma de trabajar, por lo que vamos a resumir rápidamente algunos conceptos básicos. Enzo Nastati